jueves, 18 de septiembre de 2014

El Tribunal Supremo suspende la LPI de Lassalle

Ha sido una montaña rusa emocional: a última hora del martes 17 de septiembre, saltaba el titular "El Supremo suspende la Ley de Propiedad Intelectual hasta que la UE se pronuncie". Yo misma me emocioné pensando que habíamos ganado la batalla con un deus ex machina que ni Sófocles.

En Twitter, Marilín Gonzalo y Víctor Sánchez del Real me sacaron rápidamente de mi error y ya hice lo que tan poca gente hace: leerme el artículo entero. Pero como seguí sin entender nada, le pregunté a David Bravo, que sabe de estas cosas más que yo y, mal que le pese, incluso más que Kiko Rivera.

La ley que suspende el Supremo es lo que se conoce como Ley Lassalle, la LPI que hay actualmente en vigor y que organiza el sistema de compensación por copia privada con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Aquel canon que antes pagaban los que compraban CDs vírgenes y ahora pagamos entre todos. Hasta los diputados que cogen los iPads del Congreso para regalárselos a los nietos.

El Supremo no tiene claro que el sistema de compensación a los autores español sea compatible con las directivas europeas, por lo que remite el texto al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Ese que ya sabemos que no es muy fan del canon AEDE. Según el artículo de Riaño, el Gobierno ya estaba avisado por un informe del Consejo de Estado, pero Wert es inasequible al desaliento e impermeable a la inteligencia.


Ahora bien, ¿cómo afecta esto al canonazo? Pues entre en absoluto y machacándolo definitivamente. El Supremo no dice nada de la reforma que está actualmente en el Senado, principalmente por eso, porque es una ley sin aprobar. Ahora el PP podría tirar para adelante sin más confiando ganar en el TJUE o en que el marrón se lo coman ya los siguientes inquilinos de La Moncloa. También podría modificar en la nueva ley los aspectos relativos al canon por copia privada y dejar intactos los demás puntos, incluido el que metió Soraya Sáenz de Santamaría con el canon por cita. Por si acaso, el PP ha prolongado el periodo para presentar enmiendas a la ley, que en principio expiraba el mismo martes 17 de septiembre.

Por último, con toda la oposición en contra, con los senadores divididos sobre qué hacer con esta ley que les ha salido incómoda y con Rajoy en modo pánico viendo las elecciones acercarse a velocidad de crucero, podrían dejar la reforma morir en el Senado y dejar al menos alguno de nuestros derechos en paz. Que los dioses nos protejan.

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