lunes, 1 de diciembre de 2014

¡Tecnofobia!

"Un fantasma recorre Europa...". Y no, no es el comunismo. Ni tan siquiera el pequeño Nicolás. Es la tecnofobia.

El eurotecnopánico, como dice Jeff Jarvis. El artículo que os enlazo así, de gratis, es bastante preclaro en muchos aspectos sobre la ola de puertas en el campo que intentan instalarse por toda Europa en Internet. Perdonad la exageración, pero seguimos gobernados por la gente que quemaba a Miguel Servet o exigía a Galileo que no contradijera a La Biblia.

En su artículo, Jarvis se preocupa por el futuro de una Unión Europea liderada por una Alemania "antiprogreso". No solo por cosas como el canon AEDE, sino por decisiones como el llamado "derecho al olvido". Tema MUY complejo, porque frente a él está también el derecho de todos los demás a recordarte a ti y lo que has hecho. Y vivimos unos tiempos en España en los que no podemos obviar la importancia de esto.

Hay tres fuerzas en movimiento que pueden destruir Internet en su estado actual. Jarvis las identifica como control, proteccionismo y tecnopánico. Los gobiernos no están cómodos con la gente diciendo lo que quiere y quieren controlarla. Lo hemos visto con el caso Snowden, con las leyes mordaza como la española, con distintos cánones o con las grandes corporaciones que tratan de sacar beneficio a costa de romper la neutralidad de la Red.

El canon AEDE navega (o naufraga) entre el control y el proteccionismo. Con él, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría afianza la pleitesía de los medios de AEDE, que conservan cierta hegemonía decadente como gatekeepers de la información para ciertos sectores sociales. Por otra parte, su argumento es que están protegiendo a las empresas editoriales frente al ataque de malvadas corporaciones extranjeras, cosa que no debería hacer mucha gracia a su base liberal de electores y que encima es mentira. En Alemania ya han comprobado que estas maniobras hacen más daño a los medios que el supuesto bien que les genera. Como la destrucción de telares por los obreros en aquella primera revolución industrial.

En este blog ya hemos comentado alguna vez una de las conclusiones de Jarvis en su artículo: el modelo de negocio de publicidad al peso ya no vale. Google ha volcado el tablero y le ha dado valor al rendimiento de un anuncio y a la "calidad" del target y su relación con el anunciante por encima del volumen de piezas publicitarias servidas. Internet es un ecosistema muy joven cuyas normas aún estamos aprendiendo. Seguramente el paradigma propuesto por Google o Facebook tampoco sean los definitivos. El reto está en proponer alternativas, no en impedir que surjan nuevas posibilidades.

El problema con el que se encuentran estas figuras de lo que en Podemos llamarían "la casta" es que Internet, por su propia naturaleza, es ingobernable. No está en ningún sitio físico (no exclusivamente, al menos) como para sujetarla con leyes locales. O la Red es el germen de un poder global o no será posible atarla a ningún poder.  En consecuencia, los que ahora detentan la autoridad a uno u otro nivel caen en el tecnopánico. Y en buena lógica, porque la tecnología sí es su enemiga.

Otra cosa bien distinta es que sea enemiga de los ciudadanos, aunque siga habiendo sectores que se dejen convencer por esos gatekeepers viejunos y sus amos.

Si te ha gustado este post, recuerda: si por los responsables del canon AEDE fuera, no existiría.

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